MISIÓN
El Servicio
Nacional de Aprendizaje, SENA, está
encargado de cumplir la función que le corresponde al Estado de invertir
en el desarrollo social y técnico de los trabajadores colombianos; ofreciendo y
ejecutando la formación profesional integral, para la incorporación y el
desarrollo de las personas en actividades productivas que contribuyan al
desarrollo social, económico y tecnológico del país.
VISIÓN
MEGA 2020 “SENA de clase mundial”
En el 2020, el
SENA será una Entidad de clase mundial en formación profesional integral y en
el uso y apropiación de tecnología e innovación al servicio de personas y
empresas; habrá contribuido decisivamente a incrementar la competitividad de
Colombia a través de:
·
Los
relevantes aportes a la productividad de las empresas.
·
La
contribución a la efectiva generación de empleo y la superación de la pobreza.
·
El
aporte de fuerza laboral innovadora a las empresas y regiones.
·
La
integralidad de sus egresados y su vocación de servicio.
·
La
calidad y los estándares internacionales de su formación profesional integral.
·
La
incorporación de las últimas tecnologías en las empresas y en la formación
profesional integral.
·
Su
estrecha relación con el sector educativo (media y superior)
·
La
excelencia en la gestión de sus recursos (humanos, físicos, tecnológicos,
financieros).
Principios, valores y compromisos institucionales
La actuación ética
de la comunidad institucional se sustenta en los siguientes principios, valores
y compromisos:
Principios
- Primero la vida
- La dignidad del ser humano
- La libertad con responsabilidad
- El bien común prevalece sobre los
intereses particulares
- Formación para la vida y el trabajo
Valores
·
Respeto
·
Librepensamiento
y actitud crítica
·
Liderazgo
·
Solidaridad
·
Justicia
y equidad
·
Transparencia
·
Creatividad
e innovación
Compromisos institucionales
- Convivencia pacífica
- Coherencia entre el pensar, el decir y
el actuar
- Disciplina, dedicación y lealtad
- Promoción del emprendimiento y el
empresarismo
- Responsabilidad con la sociedad y el
medio ambiente
- Honradez
- Calidad en la gestión
historia
Transcurría el año
1957 cuando Rodolfo Martínez Tono se embarcó en el sueño que se convertiría en
la que sería la obra de su vida. Ese sueño, recogía, en parte, un anhelo de las
clases trabajadores, quienes algunos años antes, a través de las organizaciones
sociales constituidas en ese entonces, como la UTC y la CTC, plantearon
la necesidad de que el país contara con un instituto de enseñanza laboral
técnica, a estilo SENAI del Brasil.
En una
conversación, a la orilla del lago Leman, en Suiza, con Francis Blanchard,
director de la División de Formación, de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), se planteó la posibilidad de crear una organización descentralizada del
Estado y con financiación autónoma. El proyecto tomó forma en la mente de
Martínez, quien lo expuso ante el entonces Ministro de Trabajo, Raimundo
Emiliani Román.
La iniciativa, defendida en un intenso debate ante el Consejo de Ministros y revisada por un comité asesor, fue aprobada.
Así, el SENA nació durante el Gobierno de la Junta Militar, posterior a la renuncia del General Gustavo Rojas Pinilla, mediante el Decreto-Ley 118, del 21 de junio de 1957.
Sus funciones, definidas en el Decreto 164 del 6 de agosto de 1957, eran brindar formación profesional a los trabajadores, jóvenes y adultos de la industria, el comercio, la agricultura, la minería y la ganadería.
Así mismo, su fin era proporcionar instrucción técnica al empleado, formación acelerada para los adultos y ayudarles a los empleadores y trabajadores a establecer un sistema nacional de aprendizaje.
Además, organizar y mantener la enseñanza teórica y práctica relacionada con diferentes oficios; seleccionar los candidatos al aprendizaje; realizar cursos complementarios de preparación, perfeccionamiento y adiestramiento para trabajadores técnicos; y contribuir con el desarrollo de investigaciones relacionadas con la organización científica, entre otras.
La entidad tripartita, en la cual participarían trabajadores, empleadores y Gobierno, se llamó Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y surgió en el momento indicado. La industria pretendía conquistar nuevos mercados y necesitaba más trabajadores y mejor calificados, métodos modernos y cambios drásticos en la productividad.
El nombre, SENA, lo escogió Martínez Tono, quien admiraba el río Sena que cruza a París, la ciudad luz, capital de Francia, donde estudió aspectos relacionados con la formación profesional.
Antes de cumplir 30 años, Rodolfo Martínez, convirtió su tesis de grado, "La Formación Profesional en el Marco de una Política de Empleo", en el SENA, institución a la cual estuvo vinculado durante 17 años, desde su creación en 1957, hasta el cambio de dirección propuesto por el presidente Alfonso López Michelsen en 1974.
Estaba convencido de que sin capacitación del talento humano no habría desarrollo. Por eso aprovechó las becas de la O.I.T. para conocer las experiencias en formación profesional acelerada implementadas en Europa después de la Segunda Guerra Mundial y el apoyo de ese organismo con expertos que vinieron a Colombia.
La institución que Rodolfo Martínez Tono dirigió con “mano dura” y manteniendo a raya la politiquería, ofreció instrucción calificada al talento humano para enfrentar los retos propios de una industria en crecimiento. Por ello, desde el principio, su influencia fue notoria.
La naciente entidad no solo formaba técnicos, sino también empresarios y promovía las pequeñas y medianas empresas.
La iniciativa, defendida en un intenso debate ante el Consejo de Ministros y revisada por un comité asesor, fue aprobada.
Así, el SENA nació durante el Gobierno de la Junta Militar, posterior a la renuncia del General Gustavo Rojas Pinilla, mediante el Decreto-Ley 118, del 21 de junio de 1957.
Sus funciones, definidas en el Decreto 164 del 6 de agosto de 1957, eran brindar formación profesional a los trabajadores, jóvenes y adultos de la industria, el comercio, la agricultura, la minería y la ganadería.
Así mismo, su fin era proporcionar instrucción técnica al empleado, formación acelerada para los adultos y ayudarles a los empleadores y trabajadores a establecer un sistema nacional de aprendizaje.
Además, organizar y mantener la enseñanza teórica y práctica relacionada con diferentes oficios; seleccionar los candidatos al aprendizaje; realizar cursos complementarios de preparación, perfeccionamiento y adiestramiento para trabajadores técnicos; y contribuir con el desarrollo de investigaciones relacionadas con la organización científica, entre otras.
La entidad tripartita, en la cual participarían trabajadores, empleadores y Gobierno, se llamó Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y surgió en el momento indicado. La industria pretendía conquistar nuevos mercados y necesitaba más trabajadores y mejor calificados, métodos modernos y cambios drásticos en la productividad.
El nombre, SENA, lo escogió Martínez Tono, quien admiraba el río Sena que cruza a París, la ciudad luz, capital de Francia, donde estudió aspectos relacionados con la formación profesional.
Antes de cumplir 30 años, Rodolfo Martínez, convirtió su tesis de grado, "La Formación Profesional en el Marco de una Política de Empleo", en el SENA, institución a la cual estuvo vinculado durante 17 años, desde su creación en 1957, hasta el cambio de dirección propuesto por el presidente Alfonso López Michelsen en 1974.
Estaba convencido de que sin capacitación del talento humano no habría desarrollo. Por eso aprovechó las becas de la O.I.T. para conocer las experiencias en formación profesional acelerada implementadas en Europa después de la Segunda Guerra Mundial y el apoyo de ese organismo con expertos que vinieron a Colombia.
La institución que Rodolfo Martínez Tono dirigió con “mano dura” y manteniendo a raya la politiquería, ofreció instrucción calificada al talento humano para enfrentar los retos propios de una industria en crecimiento. Por ello, desde el principio, su influencia fue notoria.
La naciente entidad no solo formaba técnicos, sino también empresarios y promovía las pequeñas y medianas empresas.
SOPORTE CONTABLE, LIQUIDACIÓN CONTABLE EXTERNA E INTERNA
RECIBO DE CONSIGNACIÓN
Este es un
comprobante que elaboran los bancos y suministran a sus clientes para que lo
diligencien al consignar. El original queda en el banco y una copia con el
sello del cajero o el timbre de la máquina registradora, sirve para la
contabilidad de la empresa que consigna.
Hay dos tipos de
formatos de consignaciones, uno para consignar efectivo y cheques de bancos
locales y otro para consignar remesas o cheques de otras plazas.
Los soportes de
contabilidad se elaboran en original y tantas copias como las necesidades de la
empresa lo exijan.